Francia, tierra de vinos, quesos… y ahora también de ladrones con etiqueta. Un dúo dinámico —padre de 48 y su hijo de 18 años— fue arrestado en Toulon por hacer lo que algunos sueñan (pero no se atreven): comer sin pagar. Cien veces. En tres años. ¿Gourmets? Sí. ¿Estafadores? También.
Claro, colarse en la cuenta ocurre. Pero colarse C I E N veces es deporte olímpico. Y estos dos eran medallistas de oro. Su plan maestro era tan elegante como un soufflé bien inflado: se sentaban, comían como reyes, pedían hasta el digestivo… y ¡sorpresa! “Ups, la tarjeta no pasa”. Drama. El hijo iba en “misión secreta” al cajero, volvía sin un euro, y el papá, digno como actor de teatro francés, prometía regresar con la lana. Dejaba su identificación como prenda. ¿Volver? Jamás. Más fácil ver a la Mona Lisa sonreír de verdad.
Foto: Jay Wennington/Unsplash
Pero la estafa no se quedaba allí. Esto no era al azar. Nada de improvisar como turista borracho en la Torre Eiffel. No, los tipos hacían más investigación que un estudiante antes del examen final: buscaban restaurantes con dueños buena onda, según comentarios online. ¿Ir dos veces al mismo lugar? Jamás. ¡El anonimato ante todo!
Aun con la pinta de “familia decente”, armaban sus cenas de gala: entrada, plato fuerte, postre, vino y hasta el bajativo. Facturas entre 80 y 150 euros. Gourmet y criminal, todo en uno. Cuando el drama comenzaba (“mi pobre tarjeta”), el show estaba armado. El padre dejaba la ID y se iba. Luego, afirmaba que se la robaron y se sacaba una nueva. ¡Plop!
Y sí, parecía que nadie se daba cuenta. Porque si algo une a muchos dueños de restaurantes, según parece, es la falta de tiempo para denunciar. Y algo de resignación. Hasta que, como siempre, llegó el poder de Internet a salvar el día. Un dueño con suficiente hartazgo posteó la identificación del estafador en redes y BOOM: viral. Otros restós dijeron “igualito pasó aquí”.
En total, 43 restaurantes víctimas. ¿El crimen? Comerse Francia sin pagar un euro (casi). El hijo confesó que a veces comían gratis dos o tres veces por semana, mientras papá aceptó haber hecho el numerito unas 100 veces desde 2021. Gourmet por dentro, rata por fuera.
Foto: Sumup
¿La conclusión? Si alguien te deja su identificación por no poder pagar, mejor que también te deje las llaves de su casa. Dicho esto, Francia sigue siendo el lugar donde puedes cenar como en el Ritz… y terminar en el bote. Bon appétit.
